Pero la gente todavía sigue pensando que el único indicador que prueba la efectividad de la tan mentada y aplaudida "Seguridad Democrática" es que "ahora sí se puede viajar por carretera".

Si la "Seguridad Democrática" es la solución a todos nuestros problemas, ¿por qué entonces

¿Por qué los habitantes de El Doncello, Caquetá, que sufrieron un ataque de las FARC contra la planta de Nestlé el 18 de enero de este año, denuncian que la "Seguridad Democrática" es sólo una ilusión en sus carreteras, porque los guerrilleros se esconden dentro de la selva, cerca a sus poblaciones?
¿Por qué las familias de los miembros del Gobierno no pueden sentirse seguras, como le acaba de pasar a la ministra de Comunicaciones, María del Rosario Guerra, con su hijo que fue apuñaleado por unos asaltantes que le iban a robar el celular?

Por el contrario, el gobierno de Álvaro Uribe lo único que ha hecho es adjudicarle a la "Seguridad Democrática" éxitos de otras instituciones, por ejemplo con los resultados de la Corte Suprema de Justicia, la Fiscalía y las organizaciones no gubernamentales como la Corporación Nuevo Arco Iris en las investigaciones y decisiones sobre el tema de la 'parapolítica', en palabras de su obstinado asesor José Obdulio Gaviria, la "apoteosis de la Justicia".
Todo lo contrario, Uribe y su séquito han tratado por todos los medios de obstaculizar la justicia, denigrando de las investigaciones serias y juiciosas, diciendo que son 'panfletos'; acusando a los opositores y críticos de 'terroristas vestidos de civil', y a los periodistas de "faranduleros de coctel" o de "auxiliadores de la guerrilla", como lo dijo frente a los medios en la visita de Bush.

Los resultados de la recién pasada elecciones generales en Colombia, a pesar del inocultable avance de las fuerzas de izquierda y centro- izquierda, fue publicitado por los medios masivos de comunicación y sobre todo por las grandes cadenas internacionales, como la gran victoria reeleccionista de la nueva derecha y de su candidato Álvaro Uribe Vélez. Y esto a su vez fue presentado como la legitimación aplastante de la política de “seguridad democrática”, de los programas neoliberales y de la guerra contra el “narco-terrorismo” implementada por Uribe en el cuatrienio anterior. (...) Pero todo aquel falso ropaje no tardó en desgarrarse al compás del destape y desarrollo de una crisis narco-para-política que va configurando una especie de crisis de gobernabilidad. (...)Poco a poco la madeja fue desatándose con todas sus malos olores, hasta convertirse en una crisis narco-para-política, es decir, en la eclosión de las evidencias delictivas de un gobierno compartido por la oligarquía y la partidocracia con masacradores, asesinos, bandas mafiosas, y cárteles de la droga.
Imágenes:Semana.com;www.presidencia.gov.co;
spanish.peopledaily.com;www.diariolibre.com
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