viernes, abril 13, 2007

El TLC: Una gran mentira para dejarnos sin nada

Después de un receso obligado, volvemos a retomar esta bitácora de "desinformación" (desintoxicación de información).

Entre las promesas de gobierno más aclamadas de Álvaro Uribe, una de las que más aplauden y menos conocen y cuestionan los adeptos de la reeligión es el Tratado de Libre Comercio con los Estados Unidos.

Y es uno de los planes sobre los que la Minoría desinformada tiene más sospecha, porque esas negociaciones se hicieron a puerta cerrada, sin autorización para que ningún ciudadano colombiano pudiera hacer veeduría.
Bueno, la verdad es que, según la entrevista que viene a continuación, había veedores ciudadanos, quienes sí pudieron observar qué era lo que se negociaba, o mejor, qué era lo que se estaba regalando en el TLC. Por ejemplo nuestra biodiversidad.

Sobre este tratado, el gobierno y los medios cómplices de comunicación, nos han mentido y ocultado muchas cosas. Nuestros amigos de equinoXio.org nos han permitido reproducir esta entrevista que le hizo el ecólogo Germán Quimbayo a Efraín Olarte Olarte, "un ciudadano común y corriente, como usted o como yo. Contador público retirado, quien se ha convertido en el representante de los veedores ciudadanos en la mesa de propiedad intelectual, patentes y biodiversidad del Tratado de Libre Comercio (TLC) entre Colombia y Estados Unidos" (textual de la página www.equinoXio.org). Para que los visitantes "desinformados" de
No le creemos a Àlvaro Uribe la conozcan, aquí transcribimos la entrevista:

Germán Quimbayo: ¿Cómo y por qué se vinculó a este proceso de seguimiento al TLC, en especial del capítulo de propiedad intelectual y biodiversidad?

Efraín Olarte Olarte: En el año 2000 abandoné la parte lucrativa de mi profesión de contador público y decidí ser útil a la sociedad mediante el ejercicio del control social a la gestión publica, utilizando los diversos espacios de participación ciudadana creados en la Constitución: acciones populares, tutela, cumplimiento, derechos de petición, acciones voluntarias, veedurías ciudadanas, entre otros (sic).

En ejercicio de esa noble labor, en el año 2002 entablé una acción popular contra el Ministerio de Comercio, Industria y Turismo con el fin de evitar que mediante la reglamentación de una parte de la propiedad intelectual en medicamentos, el llamado secreto empresarial, se limitara el acceso universal a medicamentos, en especial a los portadores y potenciales enfermos de cáncer, sida, tuberculosis, hepatitis y otras enfermedades de las llamadas catastróficas. Infortunadamente fracasé debido a que el Consejo de Estado consideró que con base en un proyecto de decreto no era procedente la acción popular, olvidando la sentencia de la Corte Constitucional que dice que para tramitar una acción popular no es necesario la existencia de una norma; para darle trámite son suficientes su carácter preventivo, indicios y hechos en el sentido de que se pueden llegar a violar uno o algunos de los derechos colectivos, en este caso el de la salud.

Sin embargo no desfallecí y acudí a la Corte Interamericana de Derechos Humanos de la OEA e insistí ante el Ministerio de Protección Social y el de Comercio pidiéndoles que realizaran una audiencia pública para tratar la problemática de los medicamentos. El Mincomercio me contestó que no era necesario; además, me invitó a participar en el TLC con Estados Unidos que se estaba iniciando.

Al otro día de conocer la invitación, en un lugar público por primera vez en mi vida leí un folleto sobre el patentamiento de seres vivos (animales, plantas, partes del ser humano y microorganismos) quedando anonadado e incrédulo de tamaña monstruosidad, pues mi vocación cristiana me indica que el único dueño de la vida es Dios. A partir de ese momento mi vida sufrió un fuerte cambio, me fui metiendo en el maravilloso mundo de los defensores del medio ambiente y le dije al Ministro que aceptaba la invitación pero que haría un control social participativo sobre los seres vivos.

G.Q.: ¿Cuánto tiempo duró la mesa de seguimiento de este proceso? ¿Cómo era considerada la posición como veedor ciudadano?

E.O.O.: Mi participación en el TLC se inició en el último trimestre del 2003 y continúa mediante un informe al Congreso de la República donde ilustro sobre lo sucedido. Luego continuaré en la Corte Constitucional y seguiré luchando hasta el último día de mi vida.

En diversos escritos traté de convencer a los negociadores de la inconveniencia de negociar patentes sobre seres vivos. Fui leído, pero mis sugerencias fueron desechadas; prueba de ello son el primer oficio que le dirigí al Ministro el 2 de enero del 2004, donde le argumenté las razones por las cuales no debíamos negociar patentes: los bienes de uso público no son negociables, jurídicamente Colombia es débil ante Estados Unidos, existe una ausencia del Ministerio responsable del Medio Ambiente, hay una falta de claridad del Mincomex y el Gobierno no sabe qué va a negociar. Y un derecho de petición (sic) formulado al Señor Presidente de la República, pocos meses antes de cerrarse la negociación en el 2006. En él le dije que siendo él único responsable (el Presidente de la República) del tema de la propiedad intelectual en biodiversidad –recursos genéticos- y conocimiento tradicional en el TLC, debía abstenerse de aprobar la propuesta de la CAN (Comunidad Andina de Naciones) complementada con la adhesión o ratificación de convenios y acuerdos internacionales lesivos a los intereses nacionales (UPOV91, Tratado de Budapest y el artículo 27.3b del ADPIC) pues, mediante patentes, generarán la entrega de nuestro principal patrimonio público a cambio de nada, absolutamente nada, pudiendo ser la principal solución al subdesarrollo de Colombia (sic).

G.Q.: ¿Cómo se llevaron a cabo esas sesiones?

E.O.O.: En el tema de la propiedad intelectual sobre recursos genéticos y conocimiento tradicional, me atrevo a decir que no hubo negociación, simplemente el señor Presidente de la Republica le dio a Estados Unidos todo lo que pidió desde un comienzo, con el agravante que fue a cambio de nada, absolutamente nada. He sostenido que todo lo regalado es responsabilidad del señor Presidente de la República, pues a través de esos tres años durante las reuniones en la Plaza de los Artesanos [1] y en varias entidades estatales, los negociadores, a los requerimientos de que nos ilustraran sobre el patentamiento de seres vivos, negaron que se estuviera negociando, siempre manifestaron que ese tema era manejado directamente por el Dr. Uribe, prueba de ello debe encontrase en las grabaciones que reposan en el Mincomercio.

G.Q.: ¿Por qué el capítulo de propiedad intelectual es uno de los menos discutidos siendo tan pertinente?

E.O.O.: El silencio impuesto por el poderoso a través de todo el tratado, los colombianos no conocieron los textos que se negociaban pues estaba prohibido divulgarlos. Además, para Estados Unidos es cuestión de seguridad nacional, para los negociadores colombianos, nada.

G.Q.: ¿Cuál es el estado del conocimiento de patentes científicas y de la biodiversidad en el país?

E.O.O.: Grave, muy grave, si se consultan los certificados obtentores expedidos por el Instituto Colombiano Agropecuario (ICA) y patentes expedidas por la Superintendencia de Industria y Comercio a centros de investigación y universidades colombianas, se puede decir con tristeza que en Colombia la investigación no existe.

Quiero aprovechar para formular dos denuncias: una, el hecho de que el Ministerio de Agricultura contrató el otorgamiento de patentes sobre los seres vivos y procedimientos relacionados a continuación, con base en la cantidad de dinero que se invierta en cada investigación genética, es decir, si en una investigación Colombia invierte un millón de dólares y la fundación x nueve millones de dólares, la fundación queda dueña del 90% de los derechos emanadas de la patente del producto final. (Subrayado nuestro) Los seres vivos y procedimientos que pueden llegar a perderse vía patentes son:

Algodón; Arroz; Apicultura; Biocombustibles; Cacao; Camarón de cultivo; Caña Panelera y Panela; Carne Bovina; Caucho; Fique; Forestal; Frutas; Guadua; Hortalizas; Lácteos; Sistema productivo Maíz y Soya; Ovinos y Caprinos; Palma; Papa; Pesca industrial y artesanal; Piscicultura; Plantas aromáticas, medicinales, condimentarias, aceites esenciales y afines; Porcicultura; Tabaco y Yuca; además, a un área transversal que corresponde al manejo integrado de mosca blanca.
Además, no sabemos el destino de los derechos de propiedad intelectual de todas las investigaciones realizadas por el Centro Internacional de Agricultura Tropical (CIAT) sobre un inventario de más de 6.000 muestras de seres vivos (germoplamas). Lo que sí se sabe es que los principales beneficiarios van a ser fundaciones como la Kellog´s, Bill & Melinda Gates y la Rockefeller… incluso el Departamento Agrícola de los Estados Unidos.

G.Q.: Huy, ¿como así? ¿Bill Gates metido en esto? Esto es una bomba, entonces el señor Gates no se limita sólo a los computadores… Entonces, ¿cuál ha sido la posición y criterio de entidades como el Instituto Alexander von Humboldt, Colciencias o el mismo Ministerio del Ambiente Vivienda y Desarrollo Territorial?

E.O.O.: No se conocen las posiciones oficiales, sólo al interior del Gobierno se sabe cómo actuaron. Es de suponer que si guardan silencio es porque aprueban el saqueo que se va a legalizar; sin embargo, vale la pena transcribir el siguiente aparte de uno de los tantos oficios que escribí:

El Director del Instituto Humboldt en un encuentro regional sobre el TLC, ambiente y desarrollo, dictó una conferencia titulada: ACCESO A LOS RECURSOS GENETICOS AL AMPARO DE LOS TRATADOS COMERCIALES, su contenido genera preocupación y confirma lo que muchos colombiano creemos: no estamos preparados para negociar la biodiversidad, menos la propiedad intelectual que genera, por consiguiente debe ser excluirla totalmente del TLC o prorrogar su discusión por al menos dos años después de firmado el tratado, mientras llenamos los vacíos que tenemos para negociar, no debemos incluir en el TLC un solo artículo que genere la perdida de nuestra principal riqueza pública.” (Subrayado fuera de texto).

G.Q.: ¿Entonces usted dudaría de la voluntad de la academia colombiana en torno a estos temas? ¿Y la opinión pública?

E.O.O.: Respondo con otra pregunta: ¿conoces la opinión oficial y publica de alguna universidad y/o centro de investigación? La respuesta es un NO.

Si los que saben los efectos negativos del TLC permanecen silenciosos sobre la pérdida de la principal riqueza de Colombia, la opinión pública no existe.

G.Q.: ¿Precisando, realmente qué tan lesivo es el TLC para esta temática?

E.O.O.: Las consecuencias del TLC sobre la biodiversidad son una catástrofe (fuera de texto: seguidamente Efraín me las enunció):

1. La mayor pérdida de parte patrimonio publico en toda la historia de Colombia, patrimonio representado en nuestra mega diversidad.

2. Coloca límites al uso de las semillas por parte de nuestros agricultores.

3. Impide la posibilidad de explotar autónomamente nuestra principal riqueza.

4. Facilita el patentamiento de seres y organismos vivos modificados genéticamente, sin límite alguno (Transgénicos).

5. Facilita la legalización de las patentes sobre recursos genéticos obtenidos ilegalmente (biopiratería) concedidas hasta y después del día en que entre en vigor el TLC.

6. Atenta contra el orden constitucional al no haberse consultado a las comunidades indígenas y afro colombianas, tal como lo dispone el artículo 8j del Convenio de Diversidad Biológica, CDB.

7. Violación a varios derechos colectivos de las anteriores comunidades étnicas.
Para Estados Unidos los recursos genéticos colombianos dejaran de ser inalienables, imprescriptibles e inembargables, esto debido a que la normas solo se aplica a la CAN.

8. Colombia, ante Estados Unidos, no podrá ejercer soberanía sobre recursos genéticos patentados a la fecha de entrar en vigor el tratado en Estados Unidos, esto solo se aplica a los países de la CAN.

9. Ante Estados Unidos los recursos genéticos no serán patrimonio de la Nación, esto sólo opera entre los países de la CAN.

10. Estados Unidos queda exento de la prohibición de patentar plantas y animales y los procedimientos especialmente biológicos para la producción de plantas y animales.

G.Q.: ¿Se sabe realmente qué fue lo que se negoció?

E.O.O.: Creo que no. El Gobierno sostuvo que con el TLC se perseguía ponerle límites a la biopiratería, [pero] la verdad es lo contrario, con el TLC se permite la legalización de toda la biopiratería ejercida durante el siglo pasado y el presente, sin que sepamos o tengamos un inventario de los recursos genéticos y el conocimiento tradicional biopirateados (sic). El Instituto Humboldt, encargado por el Gobierno, realiza una investigación sobre biopiratería, guarda silencio, mientras en el Perú, Brasil y Bolivia se hacen públicos los descubrimientos y se toman medidas para impedir la biopiratería. A propósito, la Secretaria General de la CAN invirtió cuantiosos dólares, pero también guarda silencio.

G.Q.: Efraín, ¿qué alternativas propone usted para que se mitiguen los efectos de un TLC sobre la propiedad intelectual y la biodiversidad?

E.O.O.: Luchar, pero ante la Corte Constitucional pues según los resultados del debate realizado el martes 6 de febrero en el Congreso de la República, allí todo esta perdido pues la mayoría parlamentaria, sin análisis, aprueba lo que le pide el Gobierno.

Invito a todos los lectores a que profundicen el tema y enviar comunicaciones a la Corte Constitucional de Colombia pidiéndole que declare inconstitucionales los artículos del TLC que sean nocivos a la biodiversidad(Subrayado nuestro), para ello le pido a equinoXio incluir en el portal el oficio adjunto dirigido al Congreso con copia a los órganos de Control y Corte Constitucional.

G.Q.: Por supuesto que así será Efraín, pues son documentos de interés público decisivos para todos nosotros. Siguiendo entre líneas, ¿qué futuro le esperaría al país si se aprobara el dichoso tratado?

E.O.O.: Que los dueños de nuestro sistema alimentario y de nuestras vidas van a ser las fundaciones enunciadas en el oficio enviado al Congreso de la República, nunca debemos olvidar que los TLC son parte del Nuevo Orden Mundial. En internet se encuentran suficientes escritos que producen escalofríos.

Imágenes: www.tlc.gov.co; newsimg.bbc.co.uk/media/images; www.moir.org.co