martes, agosto 26, 2008

La peste Uribónica



Colombia está en cuarentena por haber sido contagiada de la Peste Uribónica, que no es más que la mutación de una enfermedad foránea que ha recorrido casi toda la América Latina –como la Peste negra en la Europa medieval-, con variaciones en la manifestación del mal, dependiendo del contexto en que se incuba la bacteria mesianifilus, y de la especie portadora del microorganismo causante de la pandemia. Los antecedentes más conocidos de mesianifilus en Latinoamérica son: La Peste Porfírica, a comienzos del siglo XX en México, que degeneró en la Peste Gortárica en los años 90; la Peste Trujíllica (República Dominicana); la Peste Somózica, dos cepas que produjeron episodios aislados durante el siglo XX en Nicaragua; la Peste Getúlica (Brasil); la Peste Perónica, que evolucionó en la Peste Menémica en los 90 en Argentina; la Peste Pinochética (Chile); la Peste Fujimórica (Perú) y los brotes más recientes de la Peste Chávica (Venezuela) y Lucigutérrica (Ecuador).

En el caso colombiano, el portador de la Peste Uribónica se llama Alvarae Uribelia Velezis, especie conocida en castellano como Álvaro Uribe Vélez. Los síntomas clásicos de la enfermedad son:

• agitados y exaltados cambios en el estado anímico
• estados paranoicos de subversión terrorista
• reacción alérgica a los opositores
• irritabilidad frecuente
• mitomanía
• delirios de doble personalidad
• reducción comprometedora de la vista y la audición
• dificultad para la concentración y el análisis
• síndrome del espejo retrovisor (mecanismo de defensa que activa anticuerpos de injuria y calumnia contra los remanentes de enfermedades pasadas)
• tolerancia a los escuadrones de la muerte
• impunidad adquirida
• resistencia a las Cortes antibióticas de justicia.

La especie Uribelia se incuba en un medio ambiente fétido y contaminado, en climas de corrupción política, narcotráfico y paramilitarismo, donde se desarrolla junto con otras especies parasitarias como Jhoseobdulius Gaviriem, Phabius Echeverrie, Phabius Valenciae Cossios, Phernandae Londoniis, Caesar Mauritius Velazquem, que se alimentan de los residuos del alimento de Uribelia, para después instalarse y reproducir en la sociedad huésped la enfermedad de la Peste Uribónica.

La bacteria mesianifilus se propaga y contagia a través de las ondas hertzianas, espectros electromagnéticos, contacto con medios impresos infestados con el microorganismo y en algunos casos, contacto con personas infectadas, generando pandemias prolongadas de histeria y ceguera colectiva.

Los adelantos de la ciencia han encontrado recientemente unas sustancias que neutralizan la acción de mesianifilus y contrarrestan el síndrome de impunidad adquirida, derivada de la Peste Uribónica. Los primeros experimentos exitosos se desarrollaron en los países balcánicos y en regiones del continente africano, como Ruanda y Suráfrica.

El componente principal se denomina CPI (Corterol Penalicil Internacionalina), que fue procesado en laboratorios de La Haya. Su descubrimiento fue publicado en Tratados médicos de Roma hace más de diez años. Hasta ahora se autorizó su distribución en Colombia para el tratamiento de la Peste Uribónica y se esperan los primeros resultados de la inoculación de la sociedad en los siguientes dos años, con pocas probabilidades de una reducción considerable de la epidemia, de la cual se teme su mutación en el próximo período.

Imágenes:
Realydad (realydad.wordpress.com)
www.microciencia.com
www.elsantafesino.com
RPP Noticias (blogs.rpp.com.pe)