sábado, febrero 23, 2008

Artículo primero: Colombia es un Estado no Social, de Derecha


Ante la propuesta de movilización en homenaje a las víctimas de los paramilitares y los crímenes de Estado el próximo 6 de marzo, la estrategia del gobierno de Álvaro Uribe, a través de los medios masivos de comunicación, es simular la democracia, es decir, filtrar información y abrir espacios de supuesta libertad de expresión, que los lectores, espectadores y oyentes utilizan como plataforma de agresión e impunidad verbal, con el pretexto de ejercer “opinión pública”. Como dice sabiamente el cantante Piero: “la democracia se usa para cualquier explicación”.

Así como en todas las ocasiones en que la gravedad de los hechos le pesa en la lengua, Uribe demuestra su posición sobre la marcha del 6 de marzo por intermedio de sus voceros, no sólo oficiales, sino también sus más agresivos representantes: José Obdulio Gaviria, Fernando Londoño Hoyos, Ernesto Yamhure, RCN, entre otros. El mensaje que ellos transmiten acerca de las supuestas intenciones de la jornada de marzo es que es una convocatoria del cartel de las FARC, que irrespeta la institucionalidad de Colombia, invocada en las Fuerzas Militares.

Y el trabajo de los medios de comunicación ha sido el de dar eco a esta posición e invisibilizar a las víctimas de los paramilitares –como son millones de desplazados a lo largo del país-, además de desconocer falsos positivos y demás crímenes que sí han cometido las Fuerzas Armadas oficiales, como el caso de la masacre de un grupo de policías anti-narcóticos en manos de militares en Jamundí, Valle, que ya ha sido probado por la justicia. La condena a los miembros del Ejército esta semana es una pequeña puerta a la verdad sobre los crímenes de Estado.

Pero para la mayoría informada, la paz es condenar al olvido la cara fea de Colombia, negando a los desplazados como víctimas del también negado conflicto armado. Arguyendo que los únicos dolientes de la guerra nacional son los secuestrados por las FARC. Creyendo que los verdaderos colombianos son los que poseen fincas, carros para viajar por carretera, membresías en clubes campestres, internet, dinero en abundancia para comprar ilimitadamente, caras limpias y casas que no se inundan. Esta es la apasionada Colombia que muestran los medios. No les importa la pluralidad ni la situación de los 44 millones de habitantes, sino ver un partido de futbol o jugar cartas…ah, y que nadie proteste por la mugre debajo del tapete.

Por supuesto, todo está orquestado desde los discursos y las políticas del atril de Nariño, como ocurrió en el caso de Carimagua, donde supuestamente no hay desplazados que cultiven “rancheríos de pobreza”, pero los grandes empresarios sí pueden cultivar en supuestas tierras ácidas y explotar a los mismos desplazados como mano de obra. Como decía el expresidente Lleras Restrepo: “Colombia no puede ser una República de peones”.
Con estas estrategias de comunicación, lo que han logrado Uribe y sus discípulos es insensibilizar a los adeptos de la reeligion, para perder el sentido social hacia los que sufren el conflicto armado, para borrar sus memorias y guiarlos hacia los valores de la derecha, es decir, la conservación de un perpetuo status quo que justifica los crímenes de los paramilitares y los abusos de las fuerzas del Estado. Por eso no se puede recordar a la Unión Patriótica ni se puede protestar el 6 de marzo.


Ahh… pero si algún medio alternativo se atreve a denunciar irregularidades como las chuzadas telefónicas al exmagistrado César Julio Valencia Copete, entonces los funcionarios del Estado ponen el grito en el cielo, no por lo verdaderamente grave, las interceptaciones, sino porque ese medio divulgó dicha información. Qué tal cómo se tergiversa el significado de los acontecimientos para proteger la mentada seguridad democrática.

Ahh…2…Qué Dios proteja a los secuestrados de la lápida que se cierne sobre sus vidas, cuando Juan Manuel Santos los condenó a sentencia de muerte frente a todos los medios de comunicación, con la “amenaza terrorista” del rescate militar.

Imágenes: collage de Minoría desinformada; El Espectador; equinoXio.org; David Mariño en el grupo Me dan miedo los colombianos de bien en Facebook